martes, 30 de septiembre de 2008

Una Nueva Solidaridad me Llama

Una nueva solidaridad me llama
Un nuevo paisito clausurado
Una nueva solidaridad golpea la puerta
Y nos remece la conciencia.
Otra solidaridad nos quita la calma,
Son tantas las que nos han llamado
Las que nos susurran que esto no termina.
Otra solidaridad lejana y no podemos decir no,
No podemos negarnos a acudir.
Me preguntas ¿por que partimos,
Por que no quedarse en casa?
Te respondo que es simple:
Han sido tantas viejas y nuevas
Hoy son ellos y ayer fuimos nosotros

Una nueva solidaridad donde acudir
Otros hermanos en apuros,
Sufriendo esto
Sufriendo como hoy.
Lo que a nosotros nos toco ayer
Y no me canso de esta nueva
No me canso de acudir a reparar
A salvar o como pueda la vida y las almas.
Me cansa que no aprendamos nada
No me agota esta trinchera de almas por la vida,
No me agotan las manos vacías de tanto dar sin tener
Me cansa que otra vez nosotros seamos las victimas,
Las del odio, de la muerte, del hambre, del crimen, del exilio
De los oídos sordos, de las manos ensangrentadas,
De los bolsillos llenos de dineros, de los genocidas libres,
De la opinión publica, que nos llena de siliconas y mentiras
Para decir que esto no ocurre.
De que siempre los oídos y las manos sean las nuestras
Que las victimas del odio y la avaricia seamos nosotros

Nos queda el Vietman, el chile, la argentina,
El salvador, Bolivia, el Irak, Palestina, Afganistán y los kurdos
Nos quedan los Balcanes y Georgia, nos que Guatemala y nicaragua,
Me faltan las palabras y me sobran los nombres de los paisitos
De los pueblos que la sufren, que la padecieron y la padecerán
Esta ausencia de conciencias
Esta falta de respeto por la vida
Esta negación del ser humano.
Los refugiados de acá y de Allá
Los de ellos y los nuestros
Una nueva solidaridad a la cual acudir
Y no se cuantas mas vendrán
No se cuantas victimas esperan
No se cuantas guerras
Cuantos exiliados
Ni refugiados
No se cuantos odios hacen faltan
Para decir ya basta
No se cuanto mas duremos
Solo se que hoy
Con la frente en alto
Y las manos vacías pero abiertas
Decimos
Venga vamos de nuevo
Frente a esta
Nueva solidaridad

sábado, 27 de septiembre de 2008

Otros Tiempos

Regreso a casa como de costumbre
Con las luces y el frío infiel de la media noche.
Después de vagar por las avenidas rodeadas de espejos
Buscando en las calles, los bares y cines
Lo que no se encuentra, encerrado como un niño taimado
En la habitación del sueño tardío
Sabiendo que la vida está en otra parte,
Reconociendo que aquí tampoco puede estar.
¿Donde diablos esta la vida por venir?
O quizás paso por el lado mío sin poder notar su presencia
Sin saber que la esperaba medio dormido;
Sentado en él ultimo bar de la plaza.
Busco entre esos lugares ese amor no perverso
Del que huí hace tantos años
Creo que uno olvida soñar aquello
Que suele ser importante.
El éxito, la vanguardia la celebración del héroe temprano
La certeza de ser un pequeño genio
Un artista de la palabra y la imagen
Artífice de teorías y sueños dogmáticos
Me arrebataron de los bolsillos
El sueño de los placeres cotidianos.
Frente a una puerta de madera olvide mi sentido
Descubrí en los aplausos y las persecuciones
Las otras formas del ser.
Comprendí la verdadera trascendencia
Cuando el tren de las partidas
Llevaba demasiado tiempo alejado de la estación de Trumag.
Me esforcé en ser el otro
El pequeño genio de una de una ciudad rodeada de espejos.
Pero uno pierde el sentido frente al umbral del espíritu.

martes, 23 de septiembre de 2008

Vi Partir a Varios de los Míos


Vi partir a varios de los míos,
Por años y años, a lugares sin nombre ni tiempo
Algunos llamados por la locura
Y otros maldecidos por el amor
En noches interminables
En que arrojaban a la mierda
Las trizas de sus propias almas.
Esperando encontrar algo más
En corazones traicioneros
Que la miseria de sus propias soledades y existencias

Vi el cadáver de Alfredo Vera
Adornado de cedas en su ataúd,
Después que una bala calibre 38
Rompiera sus sienes la madruga
Del 11 del 2001.
En el parque donde lo vi llorar por ultima vez
Una mala tarde de otoño solo meses antes,
Vi como el amor lo consumía en su locura
Queriendo ser un ángel
Queriendo amar una obsesión que solo existía
En lo más profundo de su alma.
Creando una princesa que solo existía
En lo más profundo de sus sueños
Ya que solo era una mujer en medio de una calle.
Al poeta desaparecido de este mundo
Lo mato el calibre 38 de un amor que no existía
Mientras el resto de nosotros sin tener respuesta alguna
Lamentábamos su partida entre flores y cigarrillos

Pero al menos esa madrugada de algo me serviría
Olvidar la maldita locura de los Ángeles,
Y seguir por el camino sin pisar

Esos surcos del amor, que nos llevan solo al final
De nuestras propias existencias,
Sin sentidos ni pasiones
Solo arrastrando penas eternas

Pero esa eternidad ya no existe
Se perdió entre las pasiones.
Como la de coco que Murió
Tras un infarto múltiple por el sida
Tras seguir entre las calles
La gran pasión de su vida
Que se convirtió esa primavera de 2002
En la gran pasión y derrame de su muerte
Entre monjas nauseabundas, cuidando los restos de su cuerpo
Y lo poco de su alma sidosa y pervertida

Recuerdo esa tarde al final de la primavera,
En que en una playa entre güisqui y unos puros
Al ver el ultimo atardecer de mi propia alma
O las trizas de pasión que ella guardaba
Me decías entre lágrimas que no tenían mas sentido
Que la estética dolorida de esas horas
Me explicabas que partías, tras las tetas de una dama vagabunda,
Por que el amor y la pasión del cristo postmoderno
No saciaba ni tus sueños ni entrañas,
Mientras solo la promesa de regresar
Juntos a muestra santiago sumergida
Lograba mantener este estupido cuerpo con vida.
Y deja en cada calle los trozos de pasión y amor
Que guardaba mi alma dolorida
Entre güisquis y marlboros
Esa ultima partida de pasión y amor
De un cuerpo sin almas ni sentidos

Fueron tantas tetas y sudores,
Tantas entrañas y pasiones de postales,
Tanta sangre, lagrimas y resacas
Intentando parar las lágrimas imaginarias
De esos trozos de mi alma.
Fueron tantos amores inventados
Para darle un sentido a este cuerpo sin sentido
Fueron tanta las vidas destruidas,
Por el amor y la pasión de una tarde
De eternidades a deshoras
Fueron tantas las mentiras los abrazos
Para encontrar y guardar las gotas de amor
Y los sollozos oscuros de pasión
Sabiendo que en verdad
Eso en mi ya no existía
Fueron tantos los años sin sentido
Entre calles bares y moteles.
Para darle un sentido sin sentido
A las trizas de alma sin vida
Cargada de miedos e incertidumbres
Pero todo regresa a su mismo origen

Solo a letras maltrechas odiosas y doloridas

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Carta a una Amiga

Natalia, si hace varios días que no hablamos, y la verdad soy malo escribiendo cartas, siempre evito hacerlo, soy malo escribiéndolas, me cuesta responder los correos electrónicos, o enviar por que simplemente se envía una carta o un correo, esta carta te la había prometido hace más de tres semanas o algo así creo, cuando me dijiste que te contara en una carta algo sobre mi vida, sobre mis años y el tiempo, y si tengo una especie de obsesión con el tiempo y como van pasando los años, será que tal vez le temo al tiempo negra, será que veo como el tiempo va pasando y yo me voy quedando parece, o tal vez como me decía una amiga hace unos meses, tan joven y tan viejo, la cantidad de cosas vividas en tan poco tiempo, el tener 31 y ya saberme un sobreviviente de antemano indiscutiblemente creo que me ha marcado en mi vida, mucho mas de lo que quisiera o espero.

La verdad no sabia bien que contarte de que hablar, me acordaba de nuestras conversaciones hace un par de semanas, cuando me hablabas de tu vida en el norte durante tu infancia, del significado de las cosas, de tu árbol, de la casa donde vivías, aquella cotidianeidad para mi tan cargada de magia y tan lejanas a las formas de vida que siempre tuve acá, o lo que me contaste de tus árboles nuevos que plantaste con tu hermanos y tu hija en la casa en mar del plata, de los nombres, de las cosas como adquieren un nombre y un significado, cargados de una magia y un simbolismo, o cuando me hablaste de tu flamenco en el río, nombrando las cosas como si por solo llamarlas cobraran existencia propia en las palabras, como cuando dices fuego y la palabra te quema los labios, o cuando hablas de besos y logras sentirlos nuevamente.

Recuerdo que ese día, te conté que la ciudad me termino tragando temprano con sus historias y miserias, en vez de perderme en bosque infinitos, me perdí en las calles, olvidando la inocencia y los sentidos trascendentes demasiado rápido, te hable que el negro, las botas y el alcohol en las calles llegaron demasiado rápido, junto con las escapadas de la policía, simplemente por que aspecto de estos chicos parecía peligroso para su sistema, o el marcar paredes con pintura iba en contra de lo establecido, o los versos de Hijos del Alcohol la historia de los cinco amigos de no mas de quince años, medio borrachos con intereses disgregados y a ratos en común, y que la soledad de nuestras vidas nos lleva a crear, nos lleva a decir esto es una mierda, si la bandita alcohólica que teníamos con los chicos, los ensayos a la salida de clases en el Liceo de Aplicación, y todo lo que vino después, la expulsión y el resto de las historias, el seguir rodando por la vida con los libros bajo el brazo, y los discos de the cure, cocteau twins, cranes o Nick Cave, retumbando en los oídos, para dejar un poco las ideas en paz, o crear otras nuevas, pero eso es parte del todo lo vivido, por lo que una o otra forma sigo peleando a la contra, y parece que ya me acostumbre a eso.

Negra la verdad no sabia que contarte, que parte del todo, pero anoche como de costumbre cuando menos te lo esperas pasa algo, algo extraño e indescifrable, que te hace volver atrás, que te regresa la pregunta, y te tomas la cabeza y piensas donde y por que comenzó todo, sabiendo que no tendría final, fue re complejo, después de varios días sin hablar con Celeste, llegar de la nada al tema de la fe, de creer en algo mas, a causa de la muerte de una persona, y decirme que, “ese actitud de nihilismo creo que es la razón que no me he dejado sentir por ti tan profundamente como podría, es solo la verdad no hay nada malo que esa forma de ser y pensar pero no elegiría eso para mi vida”, como si el nihilismo lo eligieras, como si decidieras simplemente no creer y punto, como si decidieras por que si no creer en nada, Negra no imaginas lo complejo que es el tema para mi, como cresta te libras de un día para otro de todas las dudas existenciales que te siguen de la infancia, como cresta te aferras algo, si en el fondo sientes que no hay nada, no imaginas lo complejo que es el tema negra, lo difícil que se me vuelve, como puedes creer en un más allá si tu vida ha estado cargada de dudas, cuando has visto muerte y miserias, ver desaparecer a varios de los míos, como mierda vives una fe trascendental si la gente que tienes o has tenido cerca se perdió en ello, cuando tu mejor amigo se suicido por que creía que era un ángel, y otro murió de sobredosis, y otro se arrojo al vacío por que ya no daba más y un par de ellos murió de sida, por que sus cuerpos estaban muertos de antemano, cuando te han cagado por ser honesto y no querer dañar a nadie, cuando te han traicionado quienes menos debían hacerlo, dime a que le rezas a que tabla te aferras, sino a la que tienes mas cerca, como cresta le explico, como diablos le hago entender que mi fe radica en los afectos, en los que queda en los que están aquí.

Negra como no pueden entender que, en vez de creer en la eternidad trascendente, me aferro y creo mas en lo que tengo cerca, en saber que leerás luego esto, en tener cerca a mis viejos y a los locos de mis hermanos, en los amigos que esta aquí cerca, en la pequeña Joyce que me sigue robando palabras y logra levantarme cada vez que decaigo o algo anda mal, que me espanta a las brujas silenciosas que me quieren quitar los restos de alma que guardo a cambio de juegos intrascendentes, en los besos de Nontue, ahí esta en lo que creo, por que eso lo vivo dentro de lo cotidiano, y parece que no hay más a que aferrarse y si lo hay en verdad no lo encuentro, o no se como se busca o donde esta.

En fin Negra, así se nos da la vida y no de otra forma, así la aprendí a vivir parece y no de otra, tal vez este mas lejos que nadie del cielo pero se que estoy cerca de quienes tengo acá y eso si me hace feliz y me hace seguir cada día.

Esa es la historia esa es la constante en mi vida, ya estamos saldados con esto, sabes creo que publicaremos esto, pero le quitaremos un poco, para no darle mucho más que hablar a la gente y con lo que obtengamos de los derechos pagamos el café y los cigarrillos que nos debemos para cuando llegues a santiago.

Septiembre de 2008

jueves, 11 de septiembre de 2008

En Memoria de Nuestros Muertos


Hoy es un día triste para mi tierra
Hoy es un día triste para todos
Aquí y allá no solo en chile
En argentina en Uruguay
En Palestina, en España
En México, en Salvador
Todos tenemos muertos
Todos tenemos torturados
No son los míos
No son los tuyos
Son nuestros muertos
Es nuestra historia
Es nuestra sangre
Es la sangre de la humanidad entera
Hoy decimos no
Hoy no olvidamos
Hoy construimos la memoria del mundo
Hoy décimos no perdono
Hoy decimos no olvido
No por odios
No pidiendo sangre
Pidiendo justicia
Y nuestros muertos no se compran
Nuestras voces no se venden
La dignidad no tiene precio
La memoria no se tranza
La memoria y la justicia no se negocian
Y todas nuestras voces
Dicen nunca más
Todas nuestras voces dicen
Queremos justicia
Queremos libertad
Queremos paz

domingo, 7 de septiembre de 2008

Historias a Nontue III


Tres semanas en la otredad y al fin de regreso a casa, a la otra civilización que me espera, o a la que espero, pero que en definitiva, se traduce y se convierte incesante como las rumorosas de nuestro tiempo, en nuestra espera, en las otras formas del reencuentro. De las dos vivo siempre, entre el viaje constante, del encuentro etnográfico del ser en las solitarias llanuras del infinito de los paisajes del sur, o donde marquen los pasos del viajero de los tiempos y las estepas que lo conducen, a destinos indescifrables y otros ya conocidos y reconocidos, pero siempre nuevos, nuevos como este reencuentro, reencuentro con el ser, ese que nos une y nos tiene en frente el uno con el otro nuevamente, después de varias semanas, de ausencias, de ausenciarnos, de saber que en la naufragada soledad de la comunidad perdida, y de los vestigios del tiempo en los pueblos redescubiertos, me acompañaba tu recuerdo, como el que te dejo al partir, como todo este tiempo, recuerdo de las imágenes y los sentidos a destiempo, de todo lo que hemos vivido juntos, compartiendo acá entre los dos, o lo compartido en los momentos de las partidas a los confines.

El reencontrarnos parece un sueño siempre, un regreso donde uno de debiera regresar sino estar siempre, el verdadero lar del ser, de mi ser y los vestigios de la existencia que me espera en tus brazos y tus besos, con los que me encuentro ahora, después de perderme en las llanuras de lo desconocido, de las que te hablo siempre, buscando aquello que aun no encontramos, pese a que ya llevamos cuatro expediciones en menos de seis meses y ni un solo referente claro del pueblo de Trumag, el que ya nos parece un invento del antropólogo “Negro Pájaro Cuervo” o producto de sus alucinaciones producto del constante consumo de latue, el brebaje mágico de los costinos del sur del mundo. Mientras la lluvia y el frío de los parajes del fin del mundo se siguen tragando mis huesos y lo maltratado de mis letras y mi cuerpo por todos los viajes y salidas durante, tanto tiempo, en busca de tesoros etnográficos y nuevas formas de vida o de simplemente de vivirla.

La otra civilización que me espera siempre, se encuentra tan lejos de lo cotidiano de estas paredes, de estas horas y días de estar juntos, de al fin tenerlos el uno al otro, de este otro viaje, al interior del ser, ese construimos dentro de lo cotidiano, al sentirnos y estar, y querernos, de esta forma que sabemos, con mis ausencias y tus esperas, y con tu ausencia en los viajes y mi espera del regreso a tus brazos, a tus besos, siempre añorados, siempre esperados, a la magia de la miradas y los silencios cómplices, que al fin después de estas semanas, vuelven a ser cotidianos.

Las rumorosas del tiempo, de las distancia, se alejan de aquí por un rato, y dejan en paz mis ideas, mientras disfruto el café con leche y canela que me trajiste recién, diablos como lo extrañaba, como extrañaba tus besos, como extrañaba tenerte cerca, mientras fumo un marlboro de los que compre en Puerto Montt, poco antes de tomar el avión de regreso, y suena en el reproductor el disco de Ray Charles Mess Around, que me tenias de regalo para el regreso, y solo te miro desde mi rincón del sillón en silencio, llenándome solo con sensación de verte y tenerte cerca, y rompes el silencio preguntándome entre rizas – ¿tengo una arruga nueva que me miras tanto? – me lleno de carcajadas recordando esa tarde en la cafetería en Viña del Mar, cuando tu habías viajado de vacaciones a Chile y yo estaba terminando un terreno con una comunidad de pescadores y artesanos cerca de Quinteros, que me arranque solo para poder verte después de un par de meses hablando sin haber tenido tiempo de vernos, cuando tras la pantalla de la computadora te contaba todo lo que estaba haciendo.

Esa tarde te mire por horas, y te dije que era una manía de los etnógrafos y los trabajadores sociales comunitarios, el mirar mucho, la forma de conocer y entender el otro, tal vez la forma de sentir, me justifique hablando de eso, pero solo era mi timidez y mis ganas de llegar un poco más allá, de no saber como hacerlo, solo encandilado contigo, como aun me pasa, como en este momento, en que cada reencuentro, se me convierte en un nuevo inicio, y no se como llegar a tus labios, como hacerlo para tenernos en los brazos del otro, que espero el segundo para encontrarnos en las caricias cómplices de esto.

Me miras con esos ojos inquietos y llenos de rizas diciéndome, - con ese pelo y esa barba mas pareces naufrago que Investigador de la otredad, señor de los confines que no encuentra – me lleno de rizas y al fin te abrazo, al fin doy el paso, que esperaba, que esperábamos, entre caricias, te digo tu aroma, las texturas de tu piel, el sabor de tus besos, tus latidos, tus cabellos perdiéndose con los míos al fin acá, y me dices con tu riza que no para – ellos estaban acá, el que no estabas eras vos, señor don naufrago de la estepa y el pueblito del demonio que no encuentra – y creo que no lo encontraremos Nontue de la ciudad de los regresos y el tablado flamenco, te respondo con las risas y caricias que no nos dejan.

Si vivo de estas dos formas siempre entre la otredad y estos besos y rituales cotidianos pienso, mientras sigues jugando con mi barba y yo con tus pelos locos que se pierden ahora en mi cara, haciendo círculos con mis dedos que acarician tu cabeza, y te digo, creo que es hora de quitarle la barba al naufrago, para ver si se convierte en caballero civilizado, pero no te lo aseguro tampoco. Vamos me dices que yo la corto, sabes que me gusta hacerlo, esta bien digo, y vamos al lavamanos para quitarla y seguirnos riendo, me gustan tus rizas me gustan esto juegos.

Ya el naufrago desapareció y quedo yo al parecer, me quiero dar una ducha para quitarme los confines del cuerpo y solo quedarme con tus besos y tu aroma te digo, me miras y dices esta bien te acompaño, ya que me los pegaste parece. Al fin bajo la ducha, agua saliendo a torrentes, bien caliente, como amo esto, las duchas largas con agua caliente, contigo al lado, el agua y el vapor van quitando el polvo y las marcas del viaje que tenia en la piel, en mi pelo que esta cada día más largo y ya con algunas canas, que se junta con el tuyo tan largo, y claro como los campos de trigo en la lejanía, el agua nos envuelve y yo con mis manos vuelvo a reconocer las texturas de tu piel, tus caderas dibujadas, mis manos que las recorren con ímpetu, atrapando tus muslos y tus piernas con mis dedos, acariciándolas suaves pero con la intensidad con la que te siento mientras acaricias mi cuello y mi espalda tomándolos y demandando por mis labios bajo el agua, besándonos, juntando lenguas y labios mientras nuestras manos buscan el resto las partes de nuestros cuerpos que extrañábamos, con la timidez que de a poco se rompe como siempre busco tus pechos, acariciándolos suaves y solo existe en mi el tacto de tu piel, amo acariciarlos sentirlos buscar tus pezones con las yemas de mis medos mientras tus manos juegan con mi pelo y mi cara en este beso interminable que nos dice al fin acá, al fin tu yo sintiéndonos amándonos, tocándonos y reconociéndonos.

El centauro y la Pegaso al fin recorren y vuelan las estepa imaginaria de sus sueños y su piel, mientras me tocas y te escondes en mi pecho para escuchar el latido de mi corazón, con las manos y que nos siguen recordando que parte del otro extrañábamos y necesitábamos sentir, oler, acariciar, besar, tomar y hacerla del otro, cuando ya somos uno solo, el agua sigue cayendo en la ducha y no se cuanto llevamos bajo ella, tampoco lo importa, solo los besos y este sentirnos, envolvernos en abrazos y caricias que traen mas a mi y me llevan mas hacia ti, mis manos bajando por tu piel buscando aquello que extrañaba, el refugio que encuentro en ti y encuentras en mi. Vamos a seguir con esto y tal vez dormir un poco, después de un rato te veo a mi lado en los metros de magia y eternidad en que se convierte nuestra habitación, al fin te veo dormir a mi lado y esa imagen de ti junto a mi, me vuelve a estremecer, mientras los ojos se me cierran contemplándote.

En la mañana antes de partir al trabajo, te despides con un beso y me preguntas que haré hoy, te digo con un poco de sueño, que tengo que ir a la agencia, a entregar el informe del terreno, me río y te digo que informare que nuevamente no encontramos nada, te ríes y me dices - dale suerte en tu no informe – te robo un beso más y la caricia juguetona de la mañana y te digo – te prometo que si en el próximo viaje no encontramos ese pueblecito desaparecido, pierdo el acento por completo. Me abrasas y me dices nos vemos más tarde señor don ex naufrago.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Historias a Nontue II



Juguemos a los caballitos me dijiste, con la sonrisa cómplice de la media noche, esa que me regalas después de los últimos tres escritos que aun no acabo, con la que me quitas el vodka de la mano y el filtro del marlboro que me suele acompañar a esta hora, mientras te pienso, siendo que estas acá al lado peleando con tus números, te miro sonrojándome, pese al tiempo de esto, pese a mis años, y te digo – vamos que nunca fui un buen jinete – te ríes y me dices que esta vez no seré el jinete, sino el centauro que te llevara hasta el fin del mundo, por unas horas, por el tiempo que dedicamos, al fin solo a nosotros, lejos de todo lo que incumbe al mundo, fuera de nuestros juegos, fuera de estos metros de eternidad que hemos logrado construir.

Me sacas de la computadora y te subes a mi espalda, jugando a la jinete experta que quiere recorrer la estepa imaginaria de nuestros silencios, sobre el peso de este centauro que intenta entregarte un trozo de lo que es y esconde siempre, dejándose querer y dar libertad a esa fragilidad que le esconde al mundo, sabiendo que un unas horas regresara a la abulia conocida de quienes lo ven en las mañanas en la oficina de Bandera 250, que entre tazas de café y escritos, cuenta las horas y espera encontrarte solo para regresar a ser el y sentirse un poco mas libre.

Insistes en tomar mi pelo, mientras tus piernas se afirman fuerte de mí, para sentirme, para encontrarnos, para tener a tu centauro en ti, para crear la forma de tus labios con mis manos, con mis dedos refugiarme en la frágil eternidad que me entrega la dulzura de tus pechos, mientras el sudor de tu espalda se filtra en mis manos como gotas de rocío, y tu buscas mis labios con tu boca, con tus manos dibujando lo oscuro de mis labios y sin dejarte de mirar escuchas mis gemidos como cantos de gaviotas delirantes, como aquella de la playa donde vimos el atardecer hace solo un par de semanas, cuando decidimos seguir adelante con esto, y vencer los miedos y soledades que desde siempre nos acompañan, nos acompañaban.

Después de un rato me expresas que ya no quieres cabalgar, me miras y me dices, escóndeme y acurrúcame en tus brazos de centauro, te escondo en mi pecho mientras me lleno del aroma de tu cabello, acariciando tu espalda y tus pliegues en silencio, esos que ya conozco de memoria, pero que amo recorrerlos siempre y volverlos a memorizar, descubrirte y volverte a descubrir, en silencios que nos llenan y nos acompañan, para solo recordarnos que estamos acá solos, pero tan llenos de todo, llenos de nosotros mismos.

Después de un rato de mirarte, de sentirte con esta nostalgia presente por las horas que no estaremos, te digo, quiero que me enseñes a volar, tu centauro quiere que seas su pegazo que me hagas volar, ya que no se hacerlo por mi mismo, que quiero cabalgar en tus alas, que quiero que me lleves, que estos juegos de magia y sudores me hacen sentirme más parte de ti y a la vez llevarte un poco más acá, mas hacia la parte de mi que esta en ti.

Y mientras mi piel se hace mas una con la tuya entrando y sumergiéndome en ti, llenándome del sudor de tu piel, de la delicada textura de tus pechos y el sutil tacto de tus caderas cargadas de infinito perdido en sueños que ya olvidamos, y tus cabellos, claros como la mirada de los ángeles, juegan en mi cara, siento que puedo volar, que sin movernos un centímetro de esta camas estamos llegando más lejos que nadie, y las palabras y los gemidos se nos escapan como gotas de agua en un mar que nos pertenece, haciéndote mas parte de mí y haciéndome más parte de ti, y pese al nihilismo y lo escéptico de nuestras vidas, nos llenamos de la certeza de al fin tenernos.

Salgo a la cocina, por que creo que olvide cortar el agua o algo así, como de costumbre olvido algo, y al regresar me vez, con un cigarrillo en la mano y me preguntas que pasa, en que piensas, y mientras miro de reojo la Persistencia de la Memoria, el cuadro de Dali que cuelga en la pared, te respondo – en nada, créeme que por fin después de años de vagar en los laberintos de mi mente, al fin pienso solo en ti.