lunes, 10 de noviembre de 2008

Historias a Nontue IV

Me dices que el horno de los besos anda lento hoy, que tal vez necesita un poco más de fuego, o de complicidades esta noche, pero tal vez, a veces olvido como llegar a tus labios, como encender un poco más las llamas que nos queman en las distancias cercanas que logramos construir, llenándonos de complicidades y estos juegos secretos que nos envuelven en besos y caricias, que entregamos pero que se nos convierten en esperas incesantes estos días, se nos convierte en la constante rumorosa de este tiempo, de tener que recordarte y esperar por ti, por los otros besos y encuentros.

Me quedo en silencio, pensándote con las dudas de siempre, esas que surgen de pronto como fantasmas que no logro reconocer, como imágenes de ninguna parte que a veces golpean la puerta, sin ser nada, solo restos del olvido, y pienso en el carbón necesario para llegar a tus labios, a tus brazos, ¿como se da el paso siguiente?, ¿como te llevo al rincón secreto de los besos y las caricias?, ¿como logras avanzar un poco más?, de donde viene la seguridad necesaria de los actos que nos acercan y que nos logran unir, y llevarnos al espacio mágico de la Pegaso y el Centauro que se unen, que se buscan en los silencios que la ciudad nos guarda, esas ciudades visibles que hablan de distancias que logramos superar, con paso certero, hacia la parte infinita que me lleva mas hacia ti y te hace cruzar la vereda más hacia mi.

Ya es de mañana en Santiago y pese a ser primavera hace un frío que me penetra los huesos, al parecer estaremos destinados a vivir los fríos del sur, a no salir de ellos, o tal vez el calor de nuestras almas y nuestra piel, logre vencer los gélidos fríos que nos deparan estas ciudades sin tiempo. No dejo de pensarte, de esperarte, mientras las inseguridades me hacen dudar como dar el paso siguiente, ese que me lleva de regreso a tus besos, a esos labios que me llenan de vida, al recuerdo de tus labios.

Jugar a los cíclopes de Cortazar, esos de un ojo gigante que desaparecen con el tacto de nuestros labios, mientras nuestras lenguas juegan a atraparse la una con la otra, ¿cual atrapara a cual? eso no lo sabemos, las dos son escurridizas pero certeras en su misión, un juego sin lógica alguna, pero que se llena de sentidos, esos sentidos que nos llevan a más partes de ti que busco, que logro encontrar y atrapar, y tu buscas atrapar y llegar a aquellas partes de mi que sabes que sin creer en la propiedad te pertenecen, por que pese a todo, pese a las distancia, al escepticismo frente al mundo, esto es real y si nos pertenecemos, somos una sola pertenencia anclada al infinito de nuestras almas y nuestras existencias.

Las otras partes y los otros sentidos de nosotros quieren seguir el juego de atraparnos, de encontrarnos, las manos, los brazos, el pecho, la piel, las humedades de la piel y de las almas, se buscan, se encuentran, y se entrelazan buscando ser una sola, esa mitad perdida del otro que al fin logramos encontrar, como dos partes huérfanas que se aciertan y se hacen una sola, después de siglos de buscarse, sin pensar que en verdad la parte de mi que esta en ti preexistía, pero existe y esta acá nos pertenecen, las buscamos, la hacemos nuestra.

La mañana sigue avanzando, mientras busco algunos rayos de sol para apalear el frió que siento, no dejo de pensarte, de esperar y extrañarte, hoy me lleno de silencios, por suerte esto hoy esta tranquilo y no hay mucha gente a quien atender y tengo más tiempo para mi, para pensarte, extrañarte, y planear el próximo acercamiento.

Es que sabes como soy en cierta forma, me acostumbro a los aromas a los besos cercanamente distantes, a los te quiero y a las caricias y los silencios cómplices, mientras recuerdo tu aroma, las grietas de tu piel, tus labios, tu lengua, esa parte de ti que reconozco y que me conoce mejor que yo mismo, que me conoce y me reclama mejor que los mismos fríos del sur que siguen calando mis huesos.

La suavidad de tu piel, tus piernas envolviéndome, mis manos y mi lengua perdiéndose en tus entrañas, con mis ojos intentando buscar los tuyos, los sudores de tu espalda mientras montas a tu centauro, tus uñas en mi espalda, las manos y los dientes haciendo tus pezones y tus pechos mas míos, más parte de mi, tus manos acariciando mis espalda, apretando mis piernas, tu lengua jugando con mi sexo, mis gritos que son desgarros de mi alma que cada vez es más tuya, nuestra piel hecha una sola, dentro tuyo, lamiéndonos, abrazándonos, tocándonos, gritando, en forma desgarrada, diciéndonos que somos uno que nos pertenecemos, que al fin estamos acá, sin mas con lo que somos solo entregándonos, simplemente amándonos.

Al fin la mañana termina y el sol aparece un poco mi Pegaso, mientras escucho algo de Conway Savage voy en el bus, sin ganas de leer el estudio de competitividad y desarrollo que llego a mis manos, solo pensándote, solo esperándote, ideando estas letras, que espero se conviertan en un carbón potente, para levantar nuestra infinita hoguera.