miércoles, 18 de marzo de 2009

Sobre La Existencia De Dios Y Mi Infancia

Siempre me ha llamado la atención, la idea sobre dios, el concepto que se tiene del, o como cobra importancia en la vida de los hombres y las sociedades, esa imagen perfecta e ideal de un ser supremo, que rige los destinos del universo, o tal vez más allá de eso, la capacidad o la idea, o tal vez necesidad, eso no lo tengo tan claro, de confiar y dejar en manos de la inexistencia material o de aquello simbólico, toda la carga o todo el destino de la existencia pragmática real del universo, o lo que conocemos de el, como podemos confiar la existencia en el vacío, en la nada, en aquello donde no existe materia alguna, compleja dicotomía que tal vez se refleja en la contraparte, de crear una gigante industria material de existencia simbólica como la fe o las religiones en todas sus formas y vertientes.

Tal vez esto sea como la diferencia entre el sentido y el sin sentido de la existencia humana, como confiamos la existencia y la trascendencia de lo real, en aquello que no lo es o no sabemos si en verdad pueda serlo, complejo crucigrama que rige la existencia del todo, tal vez la una no pueda vivir sin la otra y viceversa, o tal vez buscamos el sentido en aquello que en definitiva no lo tiene, toda la historia y el desarrollo de la humanidad y del universo mismo confiada en el azar y en las manos de aquello que no existe, la existencia misma confiada al vacío absoluto, o la sola idea de algo tan hipotético como estas palabras que plasmo aquí.

Creo que esta idea que hace días da vueltas en mi cabeza, me hizo indiscutiblemente recordar mi infancia y mi educación familiar, sobre todo los regaños y castigos, con ella aquellos factores que me fueron moldeando y formando como persona, o la idea de persona, castigos y regaños políticos o morales e ideológicos para actos prácticos, como un pequeño acto cobraba una dimensión política he histórica, una falta de consecuencia política e ideología, toda la historia política y social de la lucha de clases, que fuera desconocida por mi, al cometer una pequeña falta en lo cotidiano, como agredir a alguien o tal vez hacer algo incorrecto. Como si Marx u otros se volvieran fantasmas corpóreos, para indicarme lo negativo de mis actos, lo poco revolucionaria de mi disciplina de niño y adolescente.

Tal vez dios y Marx habiten el mismo espacio simbólico, pero de diferente forma, o en distintas dimensiones del vacío, si es que este tiene dimensiones o formas, o solo sea una contradicción teórica, tal vez desde el nihilismo mismo quiera llenar de algo simbólico el vacío al cual hago referencia con la justificación de la realidad pragmática, practica innecesaria de una praxis que remueve lo cotidiano, solo para dar inicio a la primera de Las Notas De Un Camaleón.



domingo, 1 de marzo de 2009

Con el alma Entre Los Sueños

Con un cansancio de siglos en el cuerpo
Con el alma tan llena de ti
Asumiendo el tiempo
Tal vez demasiado tarde
Pero nunca es tarde para dejar de mentirnos
Para despejar las verdades del alma
Y respirar un poco más hondo en este tiempo

Yo no se cuanto tarde en llegar a Ítaca
No se en verdad si la ciudad del tiempo
Alguna vez logre liberar mi alma
No comprendo mucho de lo que ocurre
Y no me interesa explicar a nadie
Este sueño de eternidades

Se que las palabras construyen realidades
Y los sueños existen en todas partes
Se que mis palabras te pertenecen
Aunque estas no te nombren
Pese a que oculte mis besos
Inventándote nombres y seudónimos
Apelativos innecesarios que solo confundían el camino

Yo desconozco el origen de los sueños
Tampoco se cual es el final de mi camino
Solo tengo la certeza
Que mis sueños y los senderos de mi vida
Tienen tu nombre y tus ojos
Mi alma se llena de eternidades
Al mirar el cielo que nos une.