miércoles, 3 de marzo de 2010

Del Miedo a la Esperanza

No se sabe bien de donde partir, cuando se necesita contar algo que no ha ocurrido, si no que esta ocurriendo, que esta aquí presente, como el aire, como el cigarrillo o como el café que tengo al lado del computador, se me hace difícil hablar de esto, que esta tan, presente, lo que podría parecer una narración literaria más, o como lo de siempre una historia real, con algo de magia o de sueños en medio, pero lo que tenemos frente, parecen pesadillas pero son reales, las ves y las sientes en las calles, en los noticieros, que no hablan de un país lejano, si no de lo que esta ocurriendo acá al lado, o solo a unos pocos kilómetros del hogar.

Tal vez me remita a contar que aquí estamos todos bien, sin daños ni perdidas, que por una gran suerte la familia esta bien, que a nadie le paso nada de nada, y tampoco sufrimos daños materiales, que los suministros de todo tipo los tenemos como siempre, agua, electricidad, teléfono, Internet, telefonía móvil, alimento etcétera están funcionando perfectamente bien, pero solo en la casa del lado las cosas no están tan bien como acá.

Basta con caminar unas cuantas cuadras más al sur y ya se ven los estragos que dejo el terremoto, basta con ver la mirada de la gente o ver nuestras propias caras y sentimos que algo extraño nos ronda, no se si es miedo o incertidumbre, son esos sentimientos mezclados que no los podemos definir, los que nos invaden, los que sentimos a cada minuto, mientras nos esforzamos en seguir hacia delante, como si nada de esto hubiera ocurrido, tenemos que levantar la frente, levantar el país, el la certeza de que las cosas continúan, levantar la esperanza y seguir caminado, y espantar al miedo y las incertidumbres que nos rondan día a día, seguir solo seguir, pero con la conciencia de que los días pasan, pero de forma diferentes, hoy ya es miércoles, ya han pasado algunos días de esto pero la sensación de miedo, de saberse un sobreviviente sigue acá dándolo vueltas, en las esquinas, en las conversaciones diarias, en el cigarrillo compartido a media tarde entre compañeros de labor.

Sin duda somos afortunados, de una u otra forma la vida continua de forma relativamente normal, tenemos más labores encima, pero se aceptan, todos tenemos que poner un poco más por levantar el país por hacer que las cosas sigan funcionando, por levantar al país por heroico que pueda sonar sin ser héroes, siendo solo sobrevivientes, creo que tiene algo de heroico en estos días solo levantarse y seguir adelante, las replicas continúan todos los días, y esto seguirá así por meses y meses, son las predicciones de los sismologos, es lo que vivimos día a día, resulta difícil hablar de algo que ocurre en estos instantes, las cosas intentan funcionar en medio del desabastecimiento de algunas zonas que eso de a poco mejora, mientras palabras como saqueo se convierten en algo cotidiano en algunos lugares, no se si sea el miedo o solo el aprovechamiento de algunos, tal vez frente a la catástrofe surja lo mejor de nosotros, pero también aquellos peores demonios internos, aquello que mas odiamos de nosotros mismos.

Si somos afortunados, no hemos perdido nada o muy poco algunos, pero directa o indirectamente todos tenemos perdidas, todos tenemos por que llorar o reclamar un poco al universo o a quien diablos sea por esto, por algún desaparecido o algún muerto de alguien cercano, y eso duele, es como si la naturaleza se esforzara en decirnos lo débiles que somos frente a ella, que frente a todos nuestros avances como sociedad seguimos siendo vulnerables, seguimos siendo frágiles habitantes de este planeta.

Me han tocado dos terremotos grandes en mi vida, el primero el de 1985 tenia 7 años algo así, y tal vez las redes de protección y la misma inocencia de aquellos años me impidieron tomar conciencia de la magnitud de las cosas, de lo frágiles que somos, ahora el segundo casi a los 33 años, con plena y conciencia de esta tragedia, conociendo en verdad el miedo y la incertidumbre, lleno de cuestionamientos, tal vez entiendo muy bien lo que me decía un amigo hace un par de días, cuando me señalaba que ahora que sobreviví a una tragedia puedo ponerme el anillo, me planteaba de lleno el instinto de sobrevivencia del ser humano, algo que al fin después de muchos años logro comprender casi por completo, tal vez la patria después de esto se llene de nuevos niños, el amor que nos tiene tan lejanos se nos acerque un poco, tal vez las palabras del escéptico pero certero nacho vegas tengan razón “tengo un ambicioso plan, consiste en sobrevivir”, sean mas reales y honestas que nunca, desde nuestra condición de sobreviviente logremos levantarnos y seguir, para reinventarnos y reinventar un paisito tan maltratado por estos días.

Estas son mis primeras palabras después de muchísimo tiempo sin escribir, tal vez desde la incertidumbre nazcan nuevos sueños y nuevas esperanzas.