Sabes soy malo contando cuentos, me cuestan o simplemente no me salen, no se, si escuche muchos cuando era niño, o tal vez eso ya no lo recuerdo bien, tal vez por que los finales felices o inciertos nunca me dejaron conforme, tal vez siempre me quedaba con la duda sobre que pasaba el día siguiente, mi absoluta inquietud por saberlo todo, por tener que preguntar siempre, pese a que a los demás siempre les jodieran mis miles de preguntas, así que sabes, hagamos algo, te voy a contar una historia, esa si me gustan y las se mejor, tienen esas gotitas de realidad cercana que me encanta, como tus palabras o tus canciones que se me hacen tan cercanas tan necesarias.
Salí de la casa hace poco mas de diez minutos, cargue en el ipod lo que te dije hace un rato, el cuento que me dejaste anoche y el poema que te pedí hace unos días, es que me recordar tu voz se me hace necesario, en la noche o en las mañanas cuando no la tengo, es que en verdad se me hacen cercanas las palabras, los versos, los silencios y la música de Pablo e Ismael que escuchamos y nos hacen reírnos un poco de los otros y de nosotros mismos, como hace un rato cuando se me volvió a apagar la computadora, mientras te enviaba un beso silencioso, como todo lo que hago un poco silencioso, un poco melancólico como ya me conoces al parecer. Tome el bus rumbo a la estación del metro pensándote e imaginándote, pensando en que había una parte de mi esta noche que tenia ganas de quedarse contigo un rato mas, un largo rato mas, esperando escucharte, esperando reírnos, o decirte palabras que me sonrojan. Mientras juego en el metro cambiándome de un carro a otro, escuchando algo de Silvio, y de Pablo que se me hace lleno de ternura, esa que pierdo siempre y que escondo, pero cuando estas cerca se me escapa y la logras atrapar como quien atrapa las gotas de la lluvia entre sus manos, como la misma lluvia que comienza a caer sobre santiago nuevamente, mientras miro mi reflejo en los vidrios del metro y veo que mi barba comienza a crecer nuevamente, como las arrugas que ya me afloran de a poco, y que si me encanta que estén ahí, tal vez son los testigos de estos años de todo lo vivido.
La lluvia me acaricia la cara y las manos mientras salgo de la estación para comprar un vino y unos cigarrillos que se me harán falta esta noche, mientras en la reunión de hoy me esperan viejos amigos y otros nuevos, y si no tengo mucho que contar, o tal vez mucho pero ellos me conocen saben que no hablo mucho de esto, salvo las anécdotas de siempre, prefieren ver lo que dejare en la pagina para saber que ha pasado estos dias, pero mientras nos reímos y hablamos del país y como lo vivimos, mientras despedimos a una amiga que parte a Buenos Aires mañana, y le damos la bienvenida aun Alemán que nos llego de visita por unos meses, buscando las letras del sur.
Si son las dos AM y yo de regreso en la calle, bajo un poco de lluvia y mucho frío, con esa nostalgia y la calma de mis noches en santiago, no imaginas cuanto amo esta ciudad, pero bueno eso se ve siempre en mis letras al parecer. Al fin solo en la calle, en calma y mientras disfruto un cigarrillo y la noche, escucho el cuento que me dejaste, y pienso en esas palabras, en las que hablamos hace unas horas, y en unas frases del cuento, eso que habla de que no sabemos dejar querernos, pese a que en cierta forma nos dejamos querer, sin dejarme querer un poco más pero creo que en verdad tampoco no han sabido hacerlo, así que siempre prefiero escapar un poco de eso, y creo que me encuentras en esas letras de una u otra forma, es que creo que le temo a que me quieran, y la frase de siempre es: no me quieras, por favor no me quieras. Pero pienso en como se quieren los que no se saben dejar querer, y también se que me cuestan los versitos de amor, las cancioncitas románticas de las que nos reímos siempre, por miedo a que vean la fragilidad que escondemos, o por que lo entendemos de otra forma, un poco mas racionales y certeros en el andar, o tal vez esperando en momento para que salgan, el sentirnos más seguro, por que diablos ocurre en verdad no lo se; pero si la distancia y la frialdad se me hacen mas simples siempre, será que me siento un poco a salvo de mi mismo, o de dejarme querer, por la falta de estructuras y certezas que eso lleva de por medio, pero si, creo que me dejo un poco, pese a que los muros me las siguen guardando, aunque a ratos se me escapan y logras ver un poco más allá, pese a lo frágil que me hace ver, en cierta forma me gusta que lo notes, y que entre risas y secretos se me escapen, pese que los sigo escondiendo un poco.
Sigo de regreso a casa y te sigo pensando como estos días, pese a que creo que me lo guardo bien, sabes que no es así, sabes que ocurren y que nadie entiende nada, y me gusta que sea de esta forma, en las bromas del rinconcito de los refugiados, donde recordamos lo que somos y lo que no queremos dejar de ser, la memoria obstinada, el recordarnos mutuamente que no podemos olvidar, que no podemos dejar que vuelva a pasar lo que ocurrió, y me hace tan bien tenerte cerca en esto, me haces darle un sentido nuevo o lo que he creído todos estos años, sentirte cómplice de esto, y más acompañado, en verdad acompañado, es que sabes no quiero olvidar a mis muertos ni a mis torturados, no quiero olvidar las palizas a mi familia, ni las armas frente a mi cabeza, de quienes nos mataron un poco, pero que saben que seguimos vivos, para cuidar la memoria de esto, y como nos dice Ismael seguir en nuestra isla de resistencia, de la que me haces sentirme parte y acompañado siempre, con los sentidos nuevos que le damos a todo.
Si falta poco para que amanezca acá y ya es tarde, pero tenía ganas de contarte esta historia, no me la podía guardar para mañana, pese a que ya debes estar despierta preparándote para partir, si estoy frente a la computadora, y pese a que me estoy reconciliando con el mate, si lo se esa historia te le debo, pero hay tiempo, mientras me acompaña un cigarrillo y un café como esos que me preparas en las noche para ver que palabras me salen, esos cafés que me encantan con leche y canela, y le ponemos una grabación con tu voz que me acompaña con los restos de esta noche. Pero los descuidos me siguen y no se si me deje el corazón o lo llevo en los bolsillos, cualquiera de las dos opciones me gusta, pese a que también no se si quedarme a dormir, tal vez un día lo haga y logre despertar acompañado o menos solo, eso es un acertijo como esta historia que se que sabrás descifrar.
Salí de la casa hace poco mas de diez minutos, cargue en el ipod lo que te dije hace un rato, el cuento que me dejaste anoche y el poema que te pedí hace unos días, es que me recordar tu voz se me hace necesario, en la noche o en las mañanas cuando no la tengo, es que en verdad se me hacen cercanas las palabras, los versos, los silencios y la música de Pablo e Ismael que escuchamos y nos hacen reírnos un poco de los otros y de nosotros mismos, como hace un rato cuando se me volvió a apagar la computadora, mientras te enviaba un beso silencioso, como todo lo que hago un poco silencioso, un poco melancólico como ya me conoces al parecer. Tome el bus rumbo a la estación del metro pensándote e imaginándote, pensando en que había una parte de mi esta noche que tenia ganas de quedarse contigo un rato mas, un largo rato mas, esperando escucharte, esperando reírnos, o decirte palabras que me sonrojan. Mientras juego en el metro cambiándome de un carro a otro, escuchando algo de Silvio, y de Pablo que se me hace lleno de ternura, esa que pierdo siempre y que escondo, pero cuando estas cerca se me escapa y la logras atrapar como quien atrapa las gotas de la lluvia entre sus manos, como la misma lluvia que comienza a caer sobre santiago nuevamente, mientras miro mi reflejo en los vidrios del metro y veo que mi barba comienza a crecer nuevamente, como las arrugas que ya me afloran de a poco, y que si me encanta que estén ahí, tal vez son los testigos de estos años de todo lo vivido.
La lluvia me acaricia la cara y las manos mientras salgo de la estación para comprar un vino y unos cigarrillos que se me harán falta esta noche, mientras en la reunión de hoy me esperan viejos amigos y otros nuevos, y si no tengo mucho que contar, o tal vez mucho pero ellos me conocen saben que no hablo mucho de esto, salvo las anécdotas de siempre, prefieren ver lo que dejare en la pagina para saber que ha pasado estos dias, pero mientras nos reímos y hablamos del país y como lo vivimos, mientras despedimos a una amiga que parte a Buenos Aires mañana, y le damos la bienvenida aun Alemán que nos llego de visita por unos meses, buscando las letras del sur.
Si son las dos AM y yo de regreso en la calle, bajo un poco de lluvia y mucho frío, con esa nostalgia y la calma de mis noches en santiago, no imaginas cuanto amo esta ciudad, pero bueno eso se ve siempre en mis letras al parecer. Al fin solo en la calle, en calma y mientras disfruto un cigarrillo y la noche, escucho el cuento que me dejaste, y pienso en esas palabras, en las que hablamos hace unas horas, y en unas frases del cuento, eso que habla de que no sabemos dejar querernos, pese a que en cierta forma nos dejamos querer, sin dejarme querer un poco más pero creo que en verdad tampoco no han sabido hacerlo, así que siempre prefiero escapar un poco de eso, y creo que me encuentras en esas letras de una u otra forma, es que creo que le temo a que me quieran, y la frase de siempre es: no me quieras, por favor no me quieras. Pero pienso en como se quieren los que no se saben dejar querer, y también se que me cuestan los versitos de amor, las cancioncitas románticas de las que nos reímos siempre, por miedo a que vean la fragilidad que escondemos, o por que lo entendemos de otra forma, un poco mas racionales y certeros en el andar, o tal vez esperando en momento para que salgan, el sentirnos más seguro, por que diablos ocurre en verdad no lo se; pero si la distancia y la frialdad se me hacen mas simples siempre, será que me siento un poco a salvo de mi mismo, o de dejarme querer, por la falta de estructuras y certezas que eso lleva de por medio, pero si, creo que me dejo un poco, pese a que los muros me las siguen guardando, aunque a ratos se me escapan y logras ver un poco más allá, pese a lo frágil que me hace ver, en cierta forma me gusta que lo notes, y que entre risas y secretos se me escapen, pese que los sigo escondiendo un poco.
Sigo de regreso a casa y te sigo pensando como estos días, pese a que creo que me lo guardo bien, sabes que no es así, sabes que ocurren y que nadie entiende nada, y me gusta que sea de esta forma, en las bromas del rinconcito de los refugiados, donde recordamos lo que somos y lo que no queremos dejar de ser, la memoria obstinada, el recordarnos mutuamente que no podemos olvidar, que no podemos dejar que vuelva a pasar lo que ocurrió, y me hace tan bien tenerte cerca en esto, me haces darle un sentido nuevo o lo que he creído todos estos años, sentirte cómplice de esto, y más acompañado, en verdad acompañado, es que sabes no quiero olvidar a mis muertos ni a mis torturados, no quiero olvidar las palizas a mi familia, ni las armas frente a mi cabeza, de quienes nos mataron un poco, pero que saben que seguimos vivos, para cuidar la memoria de esto, y como nos dice Ismael seguir en nuestra isla de resistencia, de la que me haces sentirme parte y acompañado siempre, con los sentidos nuevos que le damos a todo.
Si falta poco para que amanezca acá y ya es tarde, pero tenía ganas de contarte esta historia, no me la podía guardar para mañana, pese a que ya debes estar despierta preparándote para partir, si estoy frente a la computadora, y pese a que me estoy reconciliando con el mate, si lo se esa historia te le debo, pero hay tiempo, mientras me acompaña un cigarrillo y un café como esos que me preparas en las noche para ver que palabras me salen, esos cafés que me encantan con leche y canela, y le ponemos una grabación con tu voz que me acompaña con los restos de esta noche. Pero los descuidos me siguen y no se si me deje el corazón o lo llevo en los bolsillos, cualquiera de las dos opciones me gusta, pese a que también no se si quedarme a dormir, tal vez un día lo haga y logre despertar acompañado o menos solo, eso es un acertijo como esta historia que se que sabrás descifrar.
4 comentarios:
SALUDOS VECINO MEXICO-CHILENO.
Nontué ( flores sujetas x el viento)
Sos el viento, que me sujeta a tu proa
wow ya lo leí eso no es un cuento vecino,eso es una carta de amor, de quién esta enamorado usté?
Bravoooo por esa felicidad que no puedes disimilar amigo, por fin empiezas a ver un poco la luz.
Ya sabes que siempre te leo entre líneas, soy un poco brujilla jajaja.
Felicidades para ambos, os quiero muchooo.
Un abrazote, vuestra amiga... Luny.
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