viernes, 8 de agosto de 2008

Otro Bolero Melancólico

Otro bolero melancólico
Que nace a las 3:00 am.
Otra nostalgia sin tiempo ni edad,
Que pueda retener el cuadro en mis ojos
Es que este baile en el bar de los desesperados,
Existe solo en mi alma dolorida,
Sin que estés por completo en esta noche
De recuerdos que no están en las calles
Si no solo en sueños vagabundos
Que soplan en mi mente.

Esta noche de sentirte desde lejos,
Sabiendo la cercanía de tus pasos
Concibiendo la nostalgia por un futuro incierto
En la ciudad en que encontré tus ojos,
Susurrándome al oído una melodía encontrada
En un sueño vagabundo de tu vida en el insomnio

En medio de estos cantos sin tiempo
Me dices al oído, que luchas por matar al último demonio
Que aprisiona la libertad de tus sueños
De infinitas ciudades invisibles,
Recreadas en páginas en blanco
Por mis letras y tus imágenes
Mientras te confieso entre vinos y cigarrillos:
Que asesino al último demonio que duerme

En medio de la calle, donde partiste la última noche
Resignándome sin tiempo, a recordar
Tus cabellos y tu paso taciturno.
El demonio que me roba las palabras
Mientras juego a encontrar
Tesoros deslumbrantes en medio de la noche


Bailemos suavemente este bolero sin nostalgia,
Sin tiempo, ni edad, solo nacido de tus sueños
Y de mis palabras escondidas en libros que aun no escribo
Y entre rizas y susurros te aprieto con mis brazos
Acariciando tu espalda escondida en esta noche
Mientras murmuras a mí oído las verdades de tu alma,
Que te esconden los vestigios de estos años
De vivir sin encontrarnos de buscarnos sin saberlo

Y entre el negro de tus ojos y
El amargo humo de mis labios
Nos perdemos en esta noche sin tiempo
Esperando que no acabe este abrazo melancólico
De almas encontradas
En las trizas de tus sueños y los míos
Y entre besos y caricias
Que atesore esta noche y nuestro tiempo

1 comentario:

Anónimo dijo...

Aguantan tan tan, cantondola cardenche sale arida, seca y moribunda, tiene tambien la sabia de los cactos donde se esconde eso que dibujas

soplidos en la nuca del saxo bajo de tu pluma