domingo, 8 de febrero de 2009

Aquella Mañana


Esa mañana despertó con el frió en su cuerpo
Era una nueva mañana para todos
Despertó recordándola
Como siempre entre sus sueños
Con la mirada en el techo blanco
Recordando el infinito de sus ojos
Despertó sintiendo su presencia
Pese a que solo conocía sus letras
Y el dulce aroma de su alma
Despertó en medio de la nada
Acompañado solo con el recuerdo de sus palabras
Palabra que le acompañaban
En su peregrinar por calles sin nombre
Recordó su mirada que sin haberla visto
La concia desde siglos
De esos siglos buscándola en medio del tiempo
El tiempo perdido entre sollos
Por esa necesidad increíble de encontrarla
Pero esa mañana pese a la distancia
Sabía que ella estaba en todas partes
Llenado cada vació de su vida
Jugando con su pluma y sus manos
Mientras les escribía palabras secretas
Llenas te quiero y de quédate a mi lado
Palabras que solo existían en su alma
Las que hace rato había atrapado ella
Para esconderlas en un sueño que duraría siempre
En un sueño de infinitos marcados
Por sus ojos y sus besos
Rodeados del sonido melancólico
De su voz mientras la nombraba en los silencios
De las lluvias venideras en esa ciudad
Sin lugar ni tiempo

1 comentario:

Anónimo dijo...

Soy ignorante en materia de letras, y dado que un blog ermite invadir espadios de las personas, te comento que me ha sorprendido gratamente lo ke sale de tu mente.
DHM (Daniela Herrera Mallega, amiga del lascivo Tagged y protocolar Facebook)